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domingo, 28 de septiembre de 2008

POESÍA DEL AÑO 1974

Me fuí al recogido puerto


De aquel peñasco.


Hacía frío


Y el frío sudor mi frente acariciaba.




Me olvidé del mundo por cuatro horas,


El alba comezanba


Desesperada


A acariciar la tierra fría.






Nueva fecha


Y distinto día


Ya surgía


En la brecha.






Pajarillos con músicas amarillas


Cantaban al mundo en astillas.


Un manantial de agua fresca


Besaba esa roca ya gastada.






Mi sed


Y mi manantial,


Mi manantial


Y mi sed.


Ellos se juntaron, acariciando labios


Y la frescura retumbaba en mi boca.






Erguime


Sediento de andanzas


Por verdes prados.


Fuí el Caballero Don Quijote,


Sobre un caballo de piedra.


Mi lanza era corazón saliente.






De trote en trote


En la hierba caí,


Desventurado


Pues mi caballo me había tirado..






Mi espíritu


Ese mar confuso con ramas estranguladas.


Mi pensamiento


Así de oscuras,


Ya sin bravuras


Y se acabaron las torturas.






Me voy a un monte: El monte de la Roca Viva.


Vivo en el desierto poético


Y huí a aquellas rocas ennoblecidas.






Entre espinas


Me fui por aquellas esquinas,


De roca en roca,


Con el doblado tobillo,


Solo ya entre la roca.






El cielo cubrió la tierra,


Con su manto oscuro.


Insectos endemoniados


Y todos rabiosos


En procesión iban


A la charca de agua prodida.


Mal olor y miedo.


Todo sin estrellas


La luna estaba oculta, tras aquella nube.


Encierros del alma


Y perdí la calma.






Mis gritos temerosos


Retumbaban en los tímpanos del aire.


Era el eco,


Que recogió aquel lobo


Oculto en la guarida,


Calamando su hambre.






Las alimañas seguían


En su carnicería.






Todo allí ocurría


En tierra olvidada,


Y las alimañas seguían


En su carnicaría.


Ellas seguían en su carnicería,


En su carnicería seguían.








Miguel Dubois...1974